El Rosario ¿qué es?¿cómo rezarlo? Pregúntale a Juan Pablo II…
Imagina que tienes la oportunidad de preguntarle a Juan Pablo II y como respuesta él te escribe una carta .Se toma el tiempo y el trabajo de explicarte sus razones y de darte el mejor consejo que puede ocurrírsele desde su experiencia de hombre sabio y santo que además ha sido Papa veinticinco años: que reces el Rosario y lo vuelvas también tu oración favorita.
Esa carta ¡existe! La llamó: Carta Apostólica «Rosarium Virginis Mariae», (o lo que es lo mismo, el «Rosario de la Virgen María»). En ella te cuenta lo que piensa del Rosario, por qué le gusta tanto, cómo puedes rezarlo para sacarle mucho provecho, y ¡mucho más! ¿Quieres saber qué dice? Sigue leyendo…
INTRODUCCIÓN
Juan Pablo II empieza su carta diciéndote que el Rosario es una oración «apreciada por numerosos santos»(1), como para que te animes y sepas que cuando lo rezas, ¡estás en muy buena compañía! Pues todos los santos lo rezan junto contigo.
Te dice también que le consta que se obtienen muchísimas bendiciones cuando se reza el Rosario
LAS BUENAS RAZONES DE JUAN PABLO II PARA QUE RECES EL ROSARIO
Si, por ejemplo, consideras que lo central en tu vida de fe es ir a Misa, te explica que el rezo del Rosario te ayudará no sólo a vivir mejor la Misa, sino tu vida diaria
Si piensas que el Rosario no es una oración ‘ecuménica’ (es decir, para creyentes de muchas religiones) y quizá temes que al rezarlo puedas incomodar a amigos o parientes cristianos no católicos, te dice: al honrar a la Madre, se honra al Hijo (4) así que todo cristiano puede rezar el Rosario.
Si te interesa la oración contemplativa y andas buscándola en el ‘new age’ o ‘nueva era’ en la yoga, el zen, etc., Juan Pablo II te recuerda que «el Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana» (5), así que ¿para qué buscar en otro lado lo que ya tienes en casa desde hace siglos?
Te recuerda que en diversas apariciones que han sido reconocidas por la Iglesia, como Lourdes y Fátima, la Virgen María ha pedido insistentemente que los creyentes recemos el Rosario para pedir a Dios con urgencia por la paz del mundo y la unidad en las familias
Se «aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a sentir la profundidad de su amor»
Hay que aclarar que eso de ‘contemplar’ no quiere decir nada más ‘ver’, sino fijar en Él la mirada para dejarse amar por Él y seguirlo, imitarlo, aprender de Él y ser como Él
Te comenta Juan Pablo II que eso de contemplar no quiere decir recordar algo que pasó ayer y quedó en el pasado, sino hacer presente algo que afecta lo que vives hoy (13); que contemplar a Cristo te ayuda no sólo a tratar de entender sus enseñanzas, sino a entenderlo a Él para ser como Él
…y que para lograr esto cuentas con una maestra experta: María , pues ninguna criatura lo conoce mejor que su Madre, y además Ella ruega por ti al Espíritu Santo para que te ilumine, y para que así como Cristo fue creciendo junto a Ella en Nazaret, así también vaya creciendo en ti
MISTERIOS GOZOSOS (Lunes y Sábados)
Te dice Juan Pablo II que «meditar los misterios «gozosos» es entrar en los motivos más profundos de la alegría cristiana»
MISTERIOS DE LUZ (Jueves)
Te dice en su carta Juan Pablo II, que en cada uno de los misterios luminosos se nota cómo en Jesús se hace presente el Reino de Dios, y que así como en el Bautismo en el Jordán se escucha la voz del Padre que proclama que Jesús es su Hijo, y en la Transfiguración nos invita a escucharlo, en Caná es la voz de la Madre la que nos da el mejor consejo que podemos seguir, como cristianos: «Hagan lo que Él les diga» (Jn 2,5).
MISTERIOS DE DOLOR (Martes y Viernes)
Te dice Juan Pablo II que los misterios de dolor te llevan a revivir la muerte de Jesús poniéndote al pie de la cruz junto a María, y te hacen sentir la inmensidad del amor de Dios.
MISTERIOS GLORIOSOS (Miércoles y domingos)
Te dice Juan Pablo II que con los misterios gloriosos te unes a la alegría de María por la vida nueva del Resucitado, y la ves en Pentecostés, en medio de la Iglesia que se reúne en torno a ella como una familia que, con la fuerza del Espíritu Santo, se dispone a salir a anunciar la Buena Nueva
Te dice Juan Pablo II que si contemplas a Cristo recorriendo las etapas de su vida, descubres también en Él la verdad sobre el hombre; que al contemplar su nacimiento, aprendes el carácter sagrado de la vida; al mirarlo en Nazaret, te das cuenta de lo que significa la familia; escuchándolo recibes luz para entrar en el Reino de Dios; siguiéndolo hacia el Calvario, comprendes el sentido del dolor salvador, y al contemplar a Cristo y a su Madre en la Gloria, ves la meta hacia la que caminas
¡IMPORTANTE!
Te dice que es natural que al encontrarte con Cristo en el Rosario, le presentes tus problemas, fatigas y planes. Te invita a poner tus necesidades en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre . ¿Qué significa esto?
Que el Rosario es una oración que no sólo tiene que ver con la vida de Jesús y de María, sino con la tuya también, y puede enriquecerla muchísimo si sabes relacionar lo que rezas con lo que vives. Veamos:
RECOMENDACIONES PARA REZARLO:
Para obtener mucho provecho espiritual del rezo del Rosario, el Papa te recomienda hacer lo siguiente:
Lee o recuerda detalladamente
No sólo menciones el misterio que vas a rezar, sino tenlo en mente: busca en la Biblia y lee el texto que corresponde. Te pide el Papa que lo leas con la seguridad de que es «Palabra de Dios, pronunciada para hoy y ‘para ti’…»
Si en un momento no puedes leer lo de cada misterio en la Biblia, trata de recordar con detalle a lo que se refiere, imagínalo lo mejor que puedas.
Medita en silencio
No empieces luego luego a recitar las oraciones. Deja que la Palabra leída o recordada hable a tu corazón e ilumine lo que estás viviendo .Contempla lo que hacen o dicen María o Jesús en el misterio que te ocupa, y pon especial atención en descubrir en ellos las actitudes y cualidades que a ti te están haciendo falta en estos momentos.
Por ejemplo: si te está costando mucho trabajo aceptar una enfermedad, o la pérdida de un ser querido, o una situación muy difícil, mira a Jesús orar en el Huerto y reflexiona que sólo llegarás a la paz cuando aceptes la voluntad del Padre.
Este paso es importantísimo porque en él permites que la Palabra de Dios de veras ilumine tu vida.
Dialoga con María
Pídele que ruegue por ti para que seas capaz de ser, como ella, verdadero discípulo de Jesús. Pídele ayuda en lo que estuviste meditando. Por ejemplo: que ore por ti para que aprendas a amoldar tu voluntad a la del Padre, como hizo Jesús en el Huerto.
Te hace notar el Juan Pablo II que el Rosario está centrado en el Crucifijo y que es una cadena ‘dulce’ que nos une a Dios y a María, y también a todos los hermanos
CONCLUSIÓN
Te recuerda Juan Pablo II que «la familia que reza unida, permanece unida», y la que reza el Rosario se mantiene abierta a la comunicación, al perdón, a la solidaridad. Te dice que la familia que reza el Rosario es como la familia de Nazaret: tiene a Jesús al centro, y le encomienda su alegría, dolor, necesidades y planes, y muy en especial a sus hijos .
El Rosario, un tesoro que recuperar
«Una oración tan fácil, y al mismo tiempo tan rica, merece de veras ser recuperada por la comunidad cristiana. Hagámoslo sobre todo este año» .
Hace un llamado a todos los creyentes, de cualquier edad y condición, para que tomemos «con confianza entre las manos el rosario, descubriéndolo de nuevo a la luz de la Escritura», para que alumbre nuestra vida de todos los días.
Termina su carta con una súplica conmovedora:«¡Que este llamamiento mío no sea en balde!»
Te lo dice a ti, ¿qué le respondes?
(extraído de un artículo de Alejandra María Sosa Elizaga)